El pasado sábado 22 de abril finalizó Sync! 2023, Festival de música electrónica de Carabanchel, que por segundo año consecutivo ha unido a decenas de participantes, colectivos y público general atraídos por la música electrónica, el copyleft y el Do it yourself. Un festival organizado y autofinanciado de manera colectiva, de acceso libre y con una programación musical y formativa de calidad, gracias a la generosidad y buena voluntad de muchas, y a la existencia -cada vez más anómala- de centros sociales autogestionados. Organizado por vecinas del barrio, la última jornada se desarrolló en el E.S.L.A EKO, en una apuesta por vivir los centros sociales como recursos colectivos únicos donde imaginar, explorar y experimentar otros mundos sin las limitaciones y presiones que imponen los espacios sometidos a las leyes del mercado.
A las 18h desde las RRSS de Sync! se comunicó el aforo completo, aunque el espacio estaba lejos de encontrarse lleno. Un gesto posible en Sync!, gracias al ánimo colectivo de garantizar la comodidad y la seguridad de las asistentes por encima de la rentabilidad económica. Minutos después se presentaron dos vehículos de la Policía Municipal de Madrid que informaron de algunas quejas de vecinas de la zona. Esto no resultó indiferente ya que encontrar una forma de convivencia donde entremos todas también forma parte de los principios de Sync!. Por eso un festival diurno que incluye dentro de su programación jornadas de trabajo colectivo para acondicionar el espacio y ajustar los equipos de sonido. El volumen disminuyó pero a pesar de esto los agentes aumentaron progresivamente la tensión exigiendo la entrada al edificio. A lo que se les respondió que, de acuerdo a la Ley, su entrada no estaba autorizada. Finalmente, tras casi dos horas de hostigamiento y la detención de una vecina que se encontraba en los alrededores (y que quedó en libertad al día siguiente, previsiblemente, sin cargos), por cuidado de un espacio que consideramos indispensable, y por la seguridad de las que estaban dentro del edificio, Sync! decidió la cancelación de las últimas horas del festival.
Lo vivido el pasado sábado no es un hecho aislado. En los últimos meses la presencia policial ha aumentado en todo Carabanchel Bajo así como en otros barrios de la periferia. No es casualidad. Como ya anticipamos en el Manifiesto que abrió las jornadas de #Sync2023 "Un nuevo orden se pasea por las calles". En Madrid, la ciudad transformada en máquina de crecimiento, los barrios de la periferia, los pretendidos nuevos barrios cool, son territorios que limpiar de todo aquello que molesta, incomoda o, sencillamente, no se doblega al orden neoliberal impuesto por unos pocos, en detrimento de otras muchas.
Sin embargo, la historia la escribimos nosotras y cinco horas de festival no pueden compararse con la ilusión y la energía colectiva puesta en juego para dar vida a una propuesta capaz de competir en calidad, atracción y disfrute con cualquier opción del mercado musical y la industria del ocio convencional. Los tres meses de trabajo colectivo previo y las dos semanas que ha durado este #Sync2023, son una instantánea real del mundo que imaginamos, aquí y ahora, una experiencia de autonomía política extrapolable a tantas formas de lucha y ámbitos de la vida como deseemos.
Talleristas, djs, vjs, técnicas, cocineras, carpinteras, diseñadoras, colectivos, vecinas, amigas y compañeras, entre todas nos hemos demostrado que los límites de cualquier apuesta que decidamos no los determina ninguna restricción normativa, económica o de derecho de autor, sino la capacidad colectiva de imaginar, autoorganizarse y compartir recursos, conocimientos y tiempo. Y que nuestra potencia radica en la capacidad de reconocer la diferencia, imaginar alianzas y confiar en otras y en sus formas de hacer. Creerse el juego, y jugarlo.
Agradecemos profundamente a todas y cada una de las personas que lo han hecho suyo y posible, así como al E.S.L.A EKO y a la comunidad que sostiene cotidianamente el centro social, por acogerlo. Sync! y todo su universo pasado, presente y futuro es ya es de todas. Porque si la fiesta es de quienes la bailan, la cuidan y la sostienen, lo que esta produce ya no puede arrebatarse al común que lo genera.
Volveremos.